Salir del colegio, ingresar a la universidad, contraer matrimonio, esperar al primer hijo, ingresar al mundo laboral, jubilarse, convertirse en abuelos… ¿Les suena? Esta serie de cambios que menciono, entre muchos otros, se denominan “crisis vitales normativas”, y se refieren a una serie de cambios que vivimos (más o menos) todos en la vida, y que significan por un lado una dificultad y por otro una oportunidad.En esto último es que quiero detenerme.
Cuando “lo pasamos mal” por alguna situación, son pocos los que en verdad logran ver alguna oportunidad entre tanta dificultad. Lo anterior es lo común, probablemente a la gran mayoría de nosotros se nos nubla la vista ante un hecho que nos complica o perturba en gran medida. Sin embargo, y aquí está lo interesante del asunto, es que es precisamente en estas crisis donde más probablemente podamos realizar un cambio positivo en nuestras vidas, donde está la oportunidad de hacerlo.
Durante este periodo lo más probable es que estén en crisis áreas de nuestra vida como familia (re vinculación con padres ya ancianos e hijos convirtiéndose en adultos), trabajo (cumplimiento o no de objetivos a planteados en la juventud), cuerpo físico (duelo por pérdida del cuerpo joven), pareja (reinvención de la relación, separación), etc. Cada una de éstas áreas al “removerse” internamente, permite el poder resolver estos conflictos de manera positiva para cada uno, de “darle una vuelta” con efecto benéfico para nosotros mismos. Como es el caso de comenzar una relación más sana con padres, hijos y pareja, o poder reinventarse en el área laboral, reencantarse con el nuevo cuerpo, etc.
Ahora, ¿qué tan difícil es esto?
Bueno, depende de cada uno. Para algunos es relativamente fácil aprovechar algunas oportunidades, mientras que otros pueden bajar su estado de ánimo e incluso deprimirse ante tanto cambio presente.
Les cuento además, que son justamente estas etapas, aquellas marcadas por las crisis vitales, aquellas que presentan un alto índice de consulta psicológica. ¿Es que acaso están todos tan mal? ¡Por supuesto que no! Algunos efectivamente viven una crisis personal e identitaria importante, mientras que otros ven la posibilidad de comenzar a trabajar aspectos de ellos mismos que han dejado olvidados, y con ello aprovechar la oportunidad.
Tomado de guiteca.com
Comments