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Beneficios de un huerto casero o urbano

  • Foto del escritor: Paula Arango
    Paula Arango
  • 2 oct 2019
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 28 sept 2020


Cada día proliferan más los huertos urbanos en parcelas municipales, en los colegios, en terrazas y patios. Se trata de una actividad que ofrece numerosos beneficios para toda la familia, así que os vamos a contar algunos para que os animéis a cultivar vuestros propios alimentos. 

1. Conectar con la tierra: A los niños le encanta jugar con tierra y con agua. En los huertos es casa tienen la oportunidad de disfrutar y de ensuciarse sin que nadie les riña. Descubrirán que es una actividad divertida y llena de novedades. Al comprender cómo funcionan las cosechas se enraízan a la Tierra y toman contacto con el mundo. 

2. Pasar tiempo en familia: Cultivar un huerto es una actividad para hacer en familia. Los niños de todas las edades pueden participar moviendo la tierra, regando o recogiendo los frutos. Todos los miembros de la familia puede participar.

3. Más frutas y verduras: Los niños que cultivan sus propios vegetales suelen estar más dispuestos a probar éstos y otros alimentos procedentes de la naturaleza. Normalmente son más propensos y se acostumbran más a comer frutas y verduras. 

4. 100 por 100 local: Este tipo de cultivo evita todo tipo de transporte de alimentos. De la mata a la mesa, apenas hay que recorrer unos pasos para servir un delicioso plato natural. El gasto energético por transporte disminuye a cero. 

5. Vivir al aire libre: Tener un huerto es un trabajo diario, en el que los niños disfrutan y se divierten alejados de las pantallas. Se trata de una opción más de ocio para mantenerse distraído sin necesidad de videoconsolas o de ver la televisión. 

6. Herramienta educacional: Muchos niños urbanitas apenas saben de dónde proceden los alimentos, salvo aquello que estudian en el colegio, comprobando si es de origen animal o vegetal. Sin embargo, pocos saben si los pimientos se recogen de una mata o de un árbol o  de dónde vienen las lentejas. 

7. Responsabilidad: Para mantener un huerto es necesario establecer las diferentes tareas que hay que realizar y asignarla a los distintos miembros de la familia. Es importante ser constantes y que cada uno se encargue de sus tareas ya que, en otro caso, no se obtendrán los resultados esperados y no habrá nada que cosechar. 

8. Reduce el estrés: En el huerto se viven momentos tranquilos ya que no es una actividad en la que sea necesario seguir un ritmo veloz, sino un orden sencillo y rutinario que va cambiando según la temporada. En los huertos se viven momentos tranquilos y silenciosos y, de hecho, se usa como terapia para personas mayores. 

9. Paciencia a raudales: Siguiendo la línea de los beneficios contra el estrés, además de fresas o tomates, en un huerto se cultiva la paciencia. Para conseguir los resultados hay que esperar varias semanas, algo a lo que no estamos acostumbrados en la actualidad. Por eso es interesante organizar las semillas de manera que tengan diferentes momentos de crecimiento para que los niños no pierdan la ilusión del principio. 

10. El ciclo natural: Así, mientras cultivan su paciencia, también aprenden cómo funciona el ciclo de la naturaleza, comprobando cómo una semilla se convierte en una planta y cómo, en su caso, de ella se obtienen los frutos. También verá cómo afectan las estaciones ya que podrán darse cuenta de que las plantas necesita una frecuencia de riego diferente en verano que en invierno. 

11. Adiós a los fertilizantes: Al ser tu propio huerto decides qué fertilizantes o pesticidas quiere utilizar. Quizás prefieras usar medios ecológicos y olvidarte de los agentes químicos para proteger las plantas

12. Más fresco que ninguno: Desde luego, si tienes el huerto en el patio de casa o en la terraza, lo que consumás será lo más fresco de lugar y en el punto óptimo de maduración, sin duda alguna

13. Satisfacción personal: Tanto los niños como los adultos sienten una satisfacción personal al recoger sus hortalizas y preparar la comida que ellos mismos has obtenido, al comprobar que todo trabajo tiene su fruto. 

14. Observación de la naturaleza: La naturaleza es variada y casi infinita. Tiene de todos los colores y sabores. Los niños pueden hacer un diario con dibujos y anotaciones periódicos de los cambios que se producen en el semillero. 

15. Conocer, amar y cuidar de la naturaleza: Todo esto hará que los niños conozcan más la naturaleza y al conocer sus secretos harán que la amen más y se preocupen por cuidarla y conservarla, empezando por su entorno más directo. 


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